Hay
ciertas tardes
con un dulce olor a durazno,
de música melancólica
que se esparce por el jardín,
con un dulce olor a durazno,
de música melancólica
que se esparce por el jardín,
en
que me asomo al ayer
y te sueño;
entonces me siento
como Adán
cuando
en tardes
como éstas
como éstas
desde
la lejana tierra
contemplaba
nostálgico
el
paraíso perdido.
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