sábado, 13 de septiembre de 2014

Ámame

Ámame
aquí y ahora,
en este preciso instante,
en el eterno presente.
Ámame
sin medida 
como la luz de la estrella
adora la noche.
Ámame
como yo te amo:
sin medida,
siempre, para que nunca 
termine nuestro presente.
Ámame,
porque no hay mañana
y el amor nos quiere ahora.

viernes, 12 de septiembre de 2014

Enamorándome



Te miraba
y tus ojos y tu risa
me hablaban de amor.
Mi corazón se sobresaltaba 
corría más de prisa.
No era tuyo,
pero te miraba
enamorándome.
Yo no era tuyo,
pero al mirarte
ya era tuyo.

jueves, 11 de septiembre de 2014

Poema para una mujer que una tarde se olvido de volver


¿Cómo puede llamarse amor
este dolor en la soledad?
¿Cómo puede amarse a alguien
que ya no está?
Y sin embargo
el dolor de la ausencia
y la derrota de la felicidad
son la otra cara del amor.

Tú y yo



Y es que tú y yo
no hemos hecho otra cosa
que volar incansables 
el territorio de los deseos
cada día, cada noche 
y a cada instante.
Volvernos amor
en el cuerpo del otro.
Adorarnos 
hasta que amanece
en nuestra piel.
Tú y yo 
no hemos hecho nada distinto
a sembrar de amores
nuestros cuerpos y sueños,
volar con nuestras bocas
sobre la piel del otro,
aprender de memoria
la geografía de nuestros deseos.
Tú y yo
le hemos dado alas 
a los pájaros de la pasión
para que conquisten nuestros cuerpos
y nos dejen la luz de mil colores
de los que se han amado,
de los que se quieren siempre.
Y es que tú y yo
al despertar abrazados
el uno a los sueños del otro
somos la eternidad.

Morir de amor

Me estoy muriendo
de esperarte ilusionado
como un niño
que aguarda impaciente
frente a un teatro
a que comience la vida
que ya no es de él.
Me estoy muriendo
sin morirme,
que es como el amor
se desquita
cuando se le invoca
sin su permiso.
Me estoy muriendo
de ti, de los dos,
es decir, que estoy atrapado
en ese vicio
que era dejar que tú
me quisieras todo el tiempo.
Me estoy muriendo
y a ti y a mí,
ahora que no hay amor,
nos tiene sin cuidado.

No logro olvidar


La vida 
llueve generosa.
Llega una nueva primavera
olorosa a esperanza.
Han dejado de doler
las tristezas de otras vidas.
Respiro con agradecimiento
cada instante de alegría.
He vuelto a oír
el latido del placer correr
por mis sueños.
No espero nada distinto
de la vida que el instante, el ahora.
Bailo algunas noches
de luna llena,
nado al mediodía de un soleado
fin de semana.
Me pierdo en la dicha
de hilar palabras
y ver nacer metáforas
que se van en busca
de un lector.
Todo parece tan bien
en esta tarde de primavera,
pero sé que dentro de mí
hay un yo
-quizá el más terco de todos-
que no logra olvidar 
que sólo a ti te amo.



Ese otro yo


A pesar de los años que han pasado,
que desde entonces he vuelto
a amar y ser amado,
que mis veranos han sido esplendorosos,
a pesar de la risa y la alegría,
de los viajes y los libros,
de la poesía y de la literatura
que tanto amo,
de las muchas personas que me quieren
y que yo quiero,
a pesar de que la alegría
vive en mí,
a pesar de que todo 
a mi alrededor parece bien,
ese otro yo que nadie conoce
y que también vive en mí
nunca regresará de tu amor.


miércoles, 10 de septiembre de 2014

Enamorados de la vida


A orillas de la noche,
junto a un mar de estrellas,
el amor 
nos devolvió a la vida.
Tú y yo fuimos 
la perfección,
un océano de deseos,
una playa de pasiones,
dos cuerpos desnudos 
felices 
de existir.
Aquella noche
fuimos lo que nunca más
volveríamos a ser:
el universo entero.