Fui el Fausto y el Mefisto,
el que atravesó a nado el Guarino,
Sandokán
en Mompracem,
el soñador
que
conquistó los páramos,
un niño en una bicicleta pedaleando bajo la lluvia,
un joven que bailaba sin descanso,
un lector incansable,
el forjador de imposibles.
Fui el alfa y el omega.
Fui el tímido y el silencioso,
el más escéptico,
el Don Juan buscando a Doña Inés,
el caminante incansable de ciudades.
Fui
de la mano de Virgilio
por los círculos del infierno.
Fui el escribidor de besos en tu espalda.
Fui, sobre todo, tu amor siempre.
Fui muchos...y todos te amábamos.