Es
hora de renunciar
a
este que aún sigue amándote.
Permite
que me deshaga
de
esa tú que aún me quita
los
días y las noches;
que
me eriza al recordar
cómo
bordaba besos en mi piel;
que
me esperaba cada mañana
con
la felicidad por todo el cuerpo;
que
desvelaba mis secretos
y
que aún va conmigo a todas partes.
Déjame
salir a la calle
y
que no me vean en la mirada
que
aún sueño contigo.
Déjame olvidarte.
Déjame olvidarte.
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